Apple: amores y verguenzas

Recuerdo que hace años, los que teníamos un Apple éramos tratados como si fuéramos unos frikies, esa gente extravagante que trabajaba con una cosa tan rara simplemente para hacerse notar o porque eran unos pijos. El mundo era la lógica Windows, aparte de los desclasados y antisistema que comenzaban a funcionar en Linux. Windows acaparaba el 90% del mercado informático y Apple apenas el 4 o 5%. Pues bien, ya ven hoy lo que han cambiado las cosas. La gente se da de tortas para ser el primero en enseñarte el iPhone o el iPad que se han comprado, en las películas gringas ya no salen sistemas operativos de Microsoft sino casi exclusivamente MacOS, y el AVE está lleno de ejecutivos con sus MacBooks. Pero se ha producido en paralelo un proceso bien curioso entre muchos de los usuarios de portátiles Apple, en especial entre aquellos que en su día hicieron de mac una enseña social o incluso política: artistas, activistas, intelectuales… Tapan el logo de la marca que hay en la cubierta. Vayan a una conferencia, o a un taller de arte, a una asamblea de indignados: verán cómo las manzanas han sido cubiertas por pegatinas de cualquier otra cosa, incluso por pegatinas anti-Apple. Como si se tratara de un acto de iconoclastia frente a una antigua fe recién abandonada (1). Me parto de risa. Porque mientras se hace público tu desdén hacia la manzanita, te lo cuentan orgullosos desde un iPhone, mientras se clama vigorosamente contra el imperio de las tecnologías. Por cierto, y dicho sea de paso, aún tengo bien presente cuando en las asambleas del 15M se comunicaba que alguna acción o propuesta iba a ser convocada via facebook o twitter, y yo decía que no tenía ninguna de las dos plataformas, siempre salía alguien con cara de perplejidad, como diciendo… ¿y eso, cómo es posible? Ay! También el coche fue inventado hace más de 130 años y no tengo coche. No tengo nada especialmente en contra de esas plataformas de comunicación que no tenga ya respecto a otras cosas. Yo no las quiero para mi. Me parece sorprendente querer transformar una sociedad y no cuestionar el status impositivo y universalista que se concede a algunas herramientas de comunicación, que son también meras empresas intangibles que hinchan los mercados y las bolsas para que nos sigan jodiendo a base de bien en nombre de no sé qué.

En fin, a lo que iba: ahora a muchæs, gente de la cultura y el arte mayormente, empieza a darles verguenza ir con un Apple por el mundo. ¡Cuántos amigos que tienen un iPhone me dicen: no, no, me lo han regalado, o iba con la promoción de la compañía telefónica, o me lo ha pasado alguien porque se ha comprado uno mejor…! Pocos me han dicho: sí, me lo he comprado, ¿a qué mola? Los portátiles (no los ordenadores de mesa, atención) se llenan de pegatinas con alusiones contraculturales (yo mismo tengo algunas) que anulan la imagen imperialista de la manzana mordida. Tampoco nadie parece saber o querer saber que desde 2006, cuando Apple cambió su procesador Motorola por un Intel, un Mac es esencialmente un PC -eso sí, cerrado a cal y canto-, y que las únicas diferencias son el Interfaz Gráfico de Usuario (GUI) y el precio. Pero se paga el sobrecoste del Apple y después se esconde el logotipo. Curioso proceso de apegos y desapegos que nos habla también sobre la dinámica misma del orden económico en el ámbito llamado de la «cultura», en el que seguimos utilizando la gasolina pero escondemos el coche.


Foto: Jimmy Wales, cofundador de Wikipedia.

(1) Umberto Eco escribía en 1994: «El hecho es que el mundo está dividido entre usuarios de ordenadores Macintosh y usuarios de ordenadores compatibles MS-DOS. Soy de la firme opinión que Macintosh es católico y MS-DOS es protestante. En realidad, Macintosh es contrarreformista y está influenciado por la «ratio studiorum» de los Jesuitas. Es alegre, amable y conciliador; le indica al fiel, paso a paso, cómo debe proceder para alcanzar -si no el Reino de los Cielos- el momento en que sus documentos quedan impresos. Es catequista: la esencia de la revelación es tratada mediante simples fórmulas y suntuosos iconos. Todo el mundo tiene derecho a la salvación.» («La bustina di Minerva», Espresso, 30-9-94).

No dejen de leer (descargable) En el principio… fue la línea de comandos, de Neal Stephenson, brillante análisis sobre la creación y desarrollo de los imaginarios informáticos en las últimas décadas. Publicado en 1999 por Traficantes de Sueños, con licencia CC.

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3 respuestas a Apple: amores y verguenzas

  1. Jo sóc una de les que tapa la pometa amb una enganxina (negra, sin más). Però no per un sentiment anti-apple i menys encara per vergonya. M’encanta el meu macbook i sí, si em pregunten, no em fa res dir que estic contenta amb el sistema operatiu Macintosh (no és un tema d’interfaç només.

    Utilitzo les marques que utilitzo perquè al cap i a la fi són les que em fan més còmode i pràctic el dia a dia; penso que és el cas de molts usuaris d’Apple. No obstant trobo innecessari fer bandera / exhibir les marques d’aquests objetes o aparells. Prou he pagat com per seguir fent-los publicitat 🙂

    En el meu cas, cobreixo el logotip del portàtil com ho faig amb qualsevol altre producte que m’acompanya. NOLOGO

  2. aitor dijo:

    Es, precísamente, en el ensayo de Stephenson donde Apple encuentra el modelo de su sistema operativo. El ensayo fue publicado en 1999 y en el 2003 Apple publicó el sistema X con las características definidas en el libro de Stephenson. Recuerdo (hace tiempo que lo leí) que se defendía el interfaz de usuario en sus dos vertientes como sistema complementario, por un lado la interfaz gráfica, con su facilidad de uso como ventaja y la falsedad inherente a la elaboración de las metáforas gráficas como inconveniente. Por otro lado, la línea de comandos con la ausencia de metáforas visuales como inconveniente (y la consecuente especialización que requiere su uso) y la potencia de acceso a cualquier operación dentro del sistema como ventaja.

    Sin entrar en en la cuestión de la libertad de uso, que Apple se pasó por el forro construyendo el sistema informático (hard+soft) más cerrado que conocemos, es evidente que empezó a construir el sistema X basándose en estas indicaciones de Stephenson.

  3. sinverguenza dijo:

    They took our (steve) jobs !!!

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