Russki, cagaos, aquí ya hemos bajado un grado el termostato

La URSS, el experimento social más influyente y duradero de la era moderna, no podía liquidarse como si nada en el McDonald’s de la Plaza Pushkin de Moscú. Y ahí está la guerra. No sé nada de los tejemanejes que se traen europeos y americanos, que no deben ser pocos, porque hace décadas que llevan matando a peña y dando por saco y no les pasa nada. Gorda debe estar cayendo, porque nos piden bajar un grado el termostato. Grande Borrell. Pero sí sé que esto de los rusos no va bien. De los imperios orcos nunca sale nada bueno. Miren España. La derrota de los alemanes en 1918, y el cuento de la puñalada en la espalda, me suena igual que el rollo este de Putin de ver el fin de la URSS como una tragedia indispensable. Huele feo. Fueron 74 años «juntos» y todo eso. O sea, ponte a un lado, que el sentimiento es muy fuerte, al estilo Mazinger. En fin, lo que quiero decir es que las crisis sólo beben de otras crisis: lo leí el otro día en un manual médico de esos que hay tantos hoy. Se ve que Putin es la historia de un hipocondríaco en la era de la covid-19. También es mala suerte para todos. Como Hitler con sus acuarelas. En serio, el pobre lo ha pasado fatal. Muy pocos colegas al lado, todos supervacunados o en el otro lado de la mesa y mucha pantalla. A ver, es un tipo del KGB, un cosaco alfa que no parpadea cuando te aplica el detector de mentiras en el fondo del calabozo. Pues lo del virus lo ha dejado muy chafado, con todos los proyectos que tenía y que hoy conocemos, y que en resumen es dar por saco. Por su parte, los ucranianos, que están ahora mismo muy jodidos, también estaban de mierda hasta arriba antes de que esto empezara. La corrupción y las mafias gobiernan allí. Y no van de guante blanco, como aquí. En algunas cosas ya se parece a México. Ahora Europa les dice que entrarán en el club un día de estos, cuando todo el bar del segundo piso está atestado de rusos con pasta que viven en Londongrad. Pues eso, que no pinta bien, y que los anuncios ya hablan de bombas hiperventiladas y guerra química. Ah, y de las zonas de exclusión aérea, que parece que lo hagan a posta, con todos los negros haciendo cola en la frontera exterior mientras los blancos son rescatados. Mentir a toda madre, mentir para que te apartes, sin saber quien es quien ni poder decidir de qué lado estás. Por consiguiente, camaradas, dejen de tocar las pelotas, que llueve sobre mojado desde hace ya mucho y los incendios ya solo se apagan por la mierda que cae. Ahora que me iba a quitar la mascarilla. Bueno pues… Russki, go fuck yourself. Aquí ya hemos bajado un grado. 

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